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La crítica de la crítica de Madonna.

Madonna es todo lo que leemos y escuchamos antes de ir al espectáculo. Los queers se enojaron con Betty Lago cuando dijo que las actuaciones de la cantante sólo incluían barbies y parejas de lesbianas, pero ayer representantes de estas dos "especies" se presentaron con fuerza en el Estadio Morumbi -aunque el espectáculo era mucho más "familiar" que la discoteca GLS.

Madonna es todo lo que vemos, oímos y leemos, pero aun así sorprende. Ayer la fría, técnica, puntual y burocrática Madgie se dejó tocar. Lloró, improvisó, nos agradeció y pidió al público participación en todo momento. De repente, todo lo que se decía en los últimos días sobre la reina del pop se volvió realidad y al mismo tiempo fragmentado.

Todas las críticas, desde Ego hasta G1, pasando por Folha y Estadão, hasta los comentarios de amigos, tenían razón. Todo lo que se ha dicho sobre las canciones más bailables y las partes menos emocionantes del espectáculo. Eso fue todo. Bloques con canciones de buen rollo y otras más tranquilas, menos hits y más promoción de nuevos discos.

Lo que no dijeron es que los shows de Sticky & Sweet no eran para bailar. La dulce y pegajosa gira alimenta el ego del cantante. Las partes menos agitadas del espectáculo sirven al menos para dos cosas: 1-) para que la gente le preste atención exclusivamente a ella, la única, inigualable, idolatrada, salve, salve, reina del pop-amén, ella Madonna y 2-) para que no cansarse demasiado también.

Mucho se habla del buen estado físico de la cantante, de sus sesiones en el trampolín, e incluso estos días se ha hablado de su índice de masa corporal. Lo que no dijeron es que Madonna también suda y se cansa. Ayer, en el programa, declaró que era la niña más feliz del mundo "y la más cansada también".

Es eso. Madonna dentro de dos, tres, cinco o quince años, o su hija Lourdes María, si sigue el camino de su madre, cuando venga a Brasil será la misma que hace 15 años. Todo lo que digan de ella será verdad, todo se confirmará y todo también será deconstruido y reconstruido de cara a una nueva actuación de la Diva.

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