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Descubra la primera película porno gay de Brasil, realizada por Zé do Caixão en 1983

Con la ayuda del lento avance de la Censura, las películas porno extranjeras –producidas en masa en Europa y Estados Unidos desde los años 70– finalmente pudieron proyectarse en nuestros cines. Inspirados por el éxito alcanzado por estas producciones, Raffaele Rossi y Laerte Callichio rodaron en 1981 “Erotic Things”, oficialmente la primera película porno nacional. Aunque era una tontería, este primer ejemplo de obscenidad filmado y hablado en portugués era nuevo para el público. Por eso, 4,5 millones de espectadores llenaron las salas para ver “Coisas eróticas”, haciendo fortuna para los directores y colocando esta película entre las 15 películas más taquilleras del cine brasileño.

A partir de entonces comenzó el ciclo de producción masiva de películas con sexo explícito, marcando el fin de la llamada Boca do Lixo en São Paulo, que en las décadas de 60 y 70 se encargó de realizar decenas de películas, de todos los géneros, desde Western de terror -y no sólo pornochanchadas- sin la ayuda de leyes de incentivos y con excelentes resultados de taquilla.
Alentados por el bajo coste de producción y el menor tiempo de rodaje, varios directores y productores de películas llamadas serias se sumaron a la ola para sobrevivir y comenzaron a rodar cintas pornográficas. Eso es lo que le pasó a José Mojica Marins, mejor conocido por su personaje Zé do Caixão.

En 1983, Zé decidió filmar un guión escrito por Mário Lima, socio de muchos años, asociado con otras cuatro personas, entre ellas dos vendedores ambulantes. La historia era un drama erótico sobre dos estudiantes de medicina que tienen relaciones sexuales con varias mujeres, matando accidentalmente a dos de ellas. En las escenas iniciales, se puede ver la pasión entre los dos, mostrada de manera velada, similar a los amigos y cómplices atormentados en Diabolical Feast (1948) de Alfred Hitchcock.

Inicialmente la película no tendría escenas explícitas, pero a petición de la distribuidora, Mojica decidió incluir 20 minutos de sexo explícito en el montaje final, haciendo de La Quinta Dimensión del Sexo su primera incursión en el mundo de la pornografía, pero con un detalle curioso: la película estaba esencialmente dirigida al público gay. Esto fue en un momento en el que ni siquiera se soñaba con el acrónimo GLS y pocas personas se atreverían a crear entretenimiento para este segmento. “La cinta fue un homenaje para ellos. Tengo un público gay al que le gustan mis películas. También quería rendir homenaje a Roque Palácio [presentador de televisión y coproductor de cine con Mojica], que era homosexual”, recuerda Mojica.

La trama del largometraje porno era curiosa: cansados ​​de ser ridiculizados por sus amigos de la universidad, que pensaban que no sólo eran impotentes sino también homosexuales, Paulo y Norberto decidieron crear una fórmula afrodisíaca que vuelve locas a las mujeres. Emocionados, secuestran y abusan de dos niñas. Una de ellas, tras lograr escapar de sus depravados secuestradores, es asesinada por una serpiente, mientras se ríen y fríen una tortilla. Otro disfruta mucho del sexo y muere… de placer a la mañana siguiente. Al final, los chicos confundidos se dan cuenta de que esta bendita fórmula sólo sirve para causar problemas y que realmente se gustan. Pero ya es demasiado tarde: la muerte de las niñas puso a la policía tras su pista. Perseguidos, el coche en el que se encuentran cae accidentalmente por un acantilado y la pareja muere.

Teniendo en cuenta que era una película dirigida a un público gay, ¿por qué Mojica no incluyó escenas explícitas entre hombres? “Preferí mostrar sólo el beso y dejar el resto en suspenso”, recuerda Mojica. Una buena idea, porque si la Censura implicara un beso, imagina a dos hombres teniendo sexo.

En cualquier caso, la película fue un fracaso en taquilla y ni siquiera llegó a cubrir los costes de producción, permaneciendo en salas menos de un mes. En el momento de su estreno, “A Quinta Dimensão” no logró competir con “Oh Rebuceteio”, de Cláudio Cunha, porno elevado a categoría de culto. El éxito de la película de Cunha acabó ocupando el lugar de “La Quinta Dimensión” en el Cine Dom José, uno de los favoritos entre los gays. “Transferida” al Cine Windsor, la película sufrió otro golpe de mala suerte: quince días antes de su estreno, la dirección del cine prohibió a los homosexuales tener relaciones sexuales dentro de la sala de proyección. Resultado: el cabrón boicoteó “La Quinta Dimensión” y prefirió ir a besarse con el mismísimo Dom José. A pesar de este fiasco, la película rindió homenaje a Mojica. “Recibí un trofeo, El gato gay de una discoteca, y un libro de poesía. Gays de todo el país apoyaron la película”, dice Mojica.

Después de tanto tiempo, Mojica todavía recuerda una última historia interesante sobre el rodaje de la película. “Necesitaba grabar un primer plano del culo de una actriz siendo 'emparedado' por Márcio y João Francisco”. Sin embargo, cuando llegó el momento de grabar, la actriz desapareció del set. ¿Que hacer? Uno de los extras, de trasero envidiable, accedió a sustituirla. El problema es que los actores, digamos, se excitaron demasiado (léase: tenían las pollas duras), lo que dificultó la realización de la escena. Irritado, José Mojica Marins se enfrentó a Zé do Caixão y amenazó levantando un machete: “¡Intentemos grabar esta escena pronto, porque hoy tengo ganas de comer verga empanizada!”. Luego de tan sutil estimulación, los actores se calmaron y finalmente se pudo grabar la explícita escena de las nalgas.

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