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contracorriente

ADVERTENCIA: ESTE TEXTO TIENE SPOILERS. ¡Si quieres continuar es bajo tu propio riesgo!

Vi "Contracurrent" el sábado por la tarde después de ese molesto post en las primeras horas de la mañana debido a mis vacaciones diferentes. Salí del cine con la sensación de haber visto la película más sensible de mi vida.

Quería hacer ese juego de palabras gracioso de que "Undercurrent" es una película peruana, porque al fin y al cabo, realmente es un largometraje peruano. Y si la cinematografía en este país es tan buena como esta película, sólo puedo decir una cosa: debemos prestarle atención.

Voy a intentar hablar aquí un poco de la película sin estropear la sorpresa y sin revelar el juego de inmediato, pero seguiré adelante. La sinopsis que han estado publicando no le hace mucha justicia a la historia. "Contracorriente" cuenta la historia del pescador Miguel y su doble vida amorosa.

Mariela, con quien está casado, está esperando su hijo. Y a escondidas de los habitantes del lugar, Miguel vive un tórrido romance con el fotógrafo y artista Santiago, que visita el pueblo desde pequeño.

La película comienza con la muerte del primo de Miguel y el ritual funerario de esa comunidad. Los habitantes de allí creen que si el cuerpo no se ofrece adecuadamente y se arroja al mar, el alma del difunto no descansará.

La escena ritual es importante porque marca el tono de la película y le da a la pareja gay espacio para el drama de la historia. Sin querer decírtelo, pero ya contándotelo, te digo que mucho antes de la mitad de la película, Santiago muere. Ahogue. Se lleva contra corriente.

Su alma atribulada permanece aquí. Y sólo Miguel es capaz de verlo. Y es curiosamente en esta parte de la historia –en una feliz metáfora sobre la muerte del miedo– donde la pareja vive su romance de forma más intensa y bella. Destaca por la fotografía y la plasticidad de las escenas a lo largo de la película, pero también y sobre todo a partir de entonces.

La presión machista por estar a la altura de las expectativas ajenas es cada vez más presente y constante en la vida de Miguel, que tiene un hijo y una familia. ¿Cómo superar y resolver este problema? ¿Y cómo puedes despedirte de un amor que ya se fue sin renunciar a la felicidad que sientes, precisamente porque es fácil?

El drama propuesto en el guión –escrito y dirigido magistralmente por Javier Fuentes-Léon– aborda precisamente estas cuestiones. Los personajes son sumamente humanos en sus relaciones y sentimientos y la solución práctica que se propone como resolución sorprende y nos hace salir de la habitación llenos de esperanza, a pesar de todos los arrepentimientos.

Definitivamente vale la pena ver Riptide. Es eso.

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