La masculinidad, o mejor dicho, la virilidad, es muy apreciada entre los hombres homosexuales, siendo un factor preponderante para relaciones más afectivas o incluso sexuales. Por tanto, los hombres calvos acaban teniendo prioridad, según un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos. Según los responsables de la investigación, los hombres calvos son más masculinos y suelen ser dominantes en sus relaciones. Para obtener el resultado, los investigadores evaluaron varios perfiles de personas masculinas, incluidos los gestos y la descripción física. En general, quienes no tenían pelo demostraron, según los investigadores, tener una personalidad más fuerte. La respuesta a esta sensación estaría en la relación entre la testosterona y la caída del cabello, lo que se traduce en una sensación de virilidad, poder y liderazgo.