in

“Derechos”: Violencia doméstica entre parejas homosexuales

Es una condición natural para los seres humanos buscar compañía. Parece necesario vivir una larga historia de amor para que puedas expresar claramente lo feliz que eres.

Combinar nuestra vida e ideales con la de otra persona requiere un mínimo de afinidad, armonía y cariño. Sólo bajo la condición de respeto es posible vivir intensamente una relación.

Sin embargo, lo que fue hermoso al principio puede dar paso a una trayectoria que ya no va bien o tiene un final feliz. Hay quienes descubren la verdad sobre su pareja de la peor manera: viviendo situaciones de violencia.

Lo que alguna vez fue amor, hoy trae miedo, angustia y mucho dolor. La violencia doméstica entre parejas homosexuales muestra cifras alarmantes. He recibido varias comunicaciones y solicitudes de ayuda con respecto a este tema.

Hablar de este tema es delicado. Resolverlo requiere romper el silencio, afrontar el miedo, sobre todo, afrontar una relación abocada al fracaso y todo el dolor físico y emocional que genera la pareja.

Sabemos lo común que es que muchas parejas compartan el mismo espacio, sin que sus familias sepan su orientación sexual. Y así es como, en el anonimato, innumerables parejas viven una historia de vida y de amor: sin invitación ni espacio para familiares o amigos. Y así, encerrados en un mundo propio de la pareja, sólo se les permite afrontar en silencio las situaciones más diversas.

Seguramente hemos escuchado noticias de que fulana fue agredida por su marido, comentario siempre vinculado a la idea de violencia contra las mujeres debido a la Ley Maria da Penha. ¿Y cuando esta agresión involucra a una pareja homosexual? ¿Y cuando es João quien golpea a José, que se encuentra rodeado de este mundo silencioso y lejos de la vida social que lo atormenta, sin ningún lugar adonde huir? ¿Y cuando María ataca constantemente a Joana por sus celos enfermizos?

Sabemos que el Estado, a través de los servicios policiales, es incapaz de brindar una atención que respete la condición de cada ser humano. La elaboración de una sencilla denuncia policial también puede ser una situación de vergüenza, burla y miedo, tanto por parte de la sociedad como del agresor.

Me doy cuenta de que muchas parejas homosexuales han vivido algún tipo de violencia doméstica, y no se limita a la idea de agresión física, sino también la psicológica, socioeconómica y sexual.

Es importante resaltar aquí que la Ley siempre se encarga de la tutela y protección de quienes son agredidos, independientemente de la forma de violencia vivida. Se deben tomar medidas protectoras y otras medidas preventivas para que podamos garantizar la integridad de quienes sufren dolor y humillación.

Existen precedentes en el Poder Judicial sobre la aplicación de la Ley Maria da Penha entre parejas homosexuales, y si esta misma ley protege mejor los intereses de una relación entre personas del mismo sexo, sin ridiculizar ni exponer a los involucrados en una condición de humillación por su condición sexual. orientación, debe aplicarse – y debe ignorarse la formalidad de la fría letra de la ley, afirmando que sólo se aplica a mujeres en condiciones de violencia doméstica.

Aunque hay resistencia por parte de algunos tribunales a reconocer la violencia doméstica en las relaciones homosexuales, nada justifica permanecer en una relación que duele, ya que tenemos un Código Penal en plena vigencia que ciertamente las defiende.

Romper el silencio y confrontar al agresor es un proceso difícil, especialmente cuando el agresor amenaza con revelar su homosexualidad a amigos, familiares y en cualquier lugar de trabajo.

Es necesario el apoyo al homosexual maltratado por parte de la familia, servicios sociales especializados, psicólogos y juristas, para que este sujeto pueda salir eficazmente de esta situación de violencia.

Sepa que el amor no causa dolor físico ni moral. Tampoco te expone a situaciones embarazosas o embarazosas. No te molesta, ni te permite hacer lo que no quieres. El verdadero amor no limita, simplemente libera.

Si vives alguna situación de violencia, ¡denúnciala!

Busque orientación legal para que se tomen las medidas necesarias, garantizando así su integridad física y psíquica. Después de todo, el amor no causa dolor ni muerte…

¡Fuerte abrazo!

* Jeferson Gonzaga es abogado, registrado en la OAB/SP 307.936. Trabaja en investigaciones y procesos enfocados en los derechos de personas del mismo sexo.
MSN:
drjeferson@live.com.

Activistas son atacados por ortodoxos y arrestados por la policía en el desfile de Moscú; mirar

Literatura y cine