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Derechos: “cura gay” y el derecho a no ser engañado

Fue con gran alegría que el movimiento LGBT recibió, a finales del mes pasado, la noticia de que el Comité de Ética del Consejo Regional de Psicología de Paraná decidió revocar la licencia profesional a la psicóloga Marisa Lobo, que se autodenomina psicóloga cristiana. Conocida por vender a sus pacientes la promesa de una "cura gay".
 
¿Y por qué esta decisión es motivo de celebración? ¿No estamos exagerando al querer dañar a nuestros enemigos? Estas son algunas preguntas legítimas que muchas veces nos hacemos cuando nos paramos a hacer autocrítica.
 
Antes de responder a estas preguntas, creo que es necesario entender qué significa esta "cura gay" y sus implicaciones. En primer lugar, el procedimiento no es tan sencillo como sugiere su nombre. Esto se debe a que, como ha quedado establecido en la ciencia, la homosexualidad no es una opción, sino una característica inherente a la persona que se desarrolla desde la concepción, con probable origen genético. Entonces, ¿cómo se podría cambiar una disposición genética? Hasta ahora no lo sabemos.
¿Qué pasa si la persona cree que, mediante un milagro, se curará? Bueno, entonces podrá orar, hacer una promesa e incluso buscar un profesional que la ayude. Pero esto no significa que el profesional pueda engañar a esta persona, prometiéndole una cura para algo que no tiene cura. De hecho, esto está prohibido por la ley (artículos 283 y 284 del Código Penal).
 
Además de que no existe una cura para la homosexualidad, hay otra cuestión, muy relacionada con la forma en que concebimos la homosexualidad. Si antes se consideraba un delito y una enfermedad, este enfoque ha sido abolido desde hace algún tiempo por las autoridades competentes, respectivamente, por el Código Penal de 1830 y por una resolución del CFM de 1985. A lo sumo, algunas religiones pueden tratar este problema. La orientación sexual como pecado. ¡Es sólo!
 
Es decir, cuando un homosexual llamó a la puerta de la psicóloga Marisa Lobo, qué esperaba el CRP-PR, con base en la resolución núm. 01/1999, le correspondió advertir que la homosexualidad no es una enfermedad, por lo tanto no se puede curar, y que, como característica inherente a la persona, no existen métodos para hacerlo. Eso es hablar en términos fríos. En realidad, se espera cierta acogida y asistencia para que la persona que sufre pueda liberarse del sentimiento de culpa que le inculcan los grupos religiosos radicales.
 
Como no fue esto lo que hizo, Marisa Lobo no sólo vulneró derechos básicos del consumidor, sino que contribuyó a que sus pacientes, ya sufriendo, se hundieran aún más en la frustración al descubrir que su sexualidad no estaba cambiando.
 
El CRP-PR no puede permanecer indeciso. Estas personas, que se autodenominan profesionales, utilizan su credencial de psicólogo, otorgada por una entidad profesional, para beneficiarse de la ingenuidad y el sufrimiento de los demás. O la entidad toma medidas o los consumidores se verán perjudicados por la publicidad engañosa.
 
Por eso digo que la revocación de su registro profesional debe, efectivamente, celebrarse. Y que sirva de ejemplo a otros profesionales que siguen las mismas oscuras técnicas utilizadas por el citado psicólogo. De hecho, es triste darse cuenta de que el CRP-PR tardó tanto en hacerlo. 
 
Después de todo, ¿quién es responsable de las víctimas de Marisa? ¿Pueden reclamar el reembolso del dinero gastado y de la paciencia desperdiciada ante el CRP-PR por defecto? ¿Y qué pasa con las mentiras de Silas Malafaia, que asocia la homosexualidad con la pedofilia? Recordemos que también es otro “psicólogo cristiano” que anda suelto. ¿Cómo serán las víctimas de sus discursos?
 
No es necesario ser un activista LGBT muy comprometido para darse cuenta de que los profesionales del fraude deben dejar de hacerlo.
 
Thales Coimbra es abogado especializado en derecho LGBT (OAB/SP 346.804); egresado de la Facultad de Derecho de la USP, donde actualmente cursa una maestría en el área de filosofía del derecho sobre discurso de odio homofóbico; también fundó y actualmente coordina Geds – Grupo de Estudio sobre Derecho y Sexualidad de la Facultad de Derecho de la USP; y escribe quincenalmente sobre Derechos en los portales A Capa y Gay Brasil. www.rosancoimbra.com.br/direitolgbt
 

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