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malos gays

Después del final de Insensato Coração, la telenovela más gay jamás vista en la televisión, mi tema televisivo se vació aquí en Mundo de Treppi. Sé que Fina Estampa también tiene un personaje homo, pero por el amor de Dios seguir otra telenovela también es demasiado.

Pues ¿no será que mientras echaba un vistazo a O Astro me sorprendió el otro día el personaje de Regina Duarte comentando a su peluquera que sabía que compartían el mismo almuerzo, en este caso el bombón Henri Castelli? Ya había visto en los medios que sería bisexual en la trama, pero luego vi que, durante las grabaciones, habían decidido eliminar el tema. Aparentemente eso fue todo, porque creo que la única afirmación directa sobre el triángulo fue esta, aunque sea de pasada.

Bueno, ¿qué hay de nuevo en esto? No mucho, ¿verdad? Después de todo, los homosexuales son ahora una presencia obligatoria en las telenovelas, lo que sigue siendo una contradicción dada la controversia del beso eterno. Lo que me pareció interesante es que, un poco a contracorriente, la gente homo es muy ruidosa, de hecho, prácticamente una banda de estafadores.

Personalmente no veo gran cosa y hasta ahora tampoco he visto gritar a la multitud políticamente correcta. No veo nada tan importante porque nunca pensé que la orientación sexual, sea cual sea, fuera un instrumento de santificación para nadie. Al contrario de lo que les encanta proclamar a los candidatos heterosexuales al Trofeo Cabeça Boa, los gays no son el alma del partido, son seres humanos como cualquier otro, por lo tanto sujetos a todas las posibles variaciones de carácter.

Tengo un proyecto de libro en mente, con un personaje de asesino en serie gay. ¿Lo aprobarán los fans?

¡Beso grande!

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