Repartidos por las calles de las grandes ciudades, no faltan carteles con adivinos y personas que garantizan “traer” a su ser querido en “x” días. Hay quienes creen y recurren a tales métodos. Los cristianos del interior, por ejemplo, ataban a San Antonio (considerado el santo casamentero) boca abajo en un recipiente con agua para despegarlo. Guadalajara, en México, se ha convertido en un popular destino turístico para personas solteras por una razón inusual: hay un lugar de oración en la ciudad para cualquiera que quiera encontrar al hombre de su vida. Allí se venden velas con forma de pene, que allí se encienden y, según la superstición, funciona. Una vendedora del artefacto con forma fálica garantiza haber visto “la gente volver aquí (Guadalajara) sólo para dar las gracias” por haber encontrado pareja.
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