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Hace 12 años celebramos el fin del malufismo…

Cualquiera que viva en São Paulo o haya seguido al menos la vida política durante los últimos 20 años sabe muy bien lo que significa la expresión “malufismo” y que ser llamado “malufista” era peor que “hijo de puta”, esto se debe a que, el sujeto que portó esta expresión es dueño de expresiones como: “Si el sujeto tiene deseo sexual, viola, pero no mata”; “una profesora no gana mal salario, es una mala casada” y sostiene hasta el día de hoy que la ciudad de São Paulo sólo experimentó seguridad con “Rota nas rua”. Ciertamente, existen innumerables informes que señalan a la ciudad de São Paulo como campeona de ejecuciones sumarias uniformadas en aquella época.

Hace 12 años celebramos el principio del fin del malufismo, que luego de que el gobierno de Paulo Maluf y su pupilo Celso Pitta arrasara la ciudad, así, la entonces candidata Marta Suplicy lideró con ella una campaña (quizás fue la última) completamente ideológica. Con la gente en las calles, las discusiones en las calles entre “malufistas” y “martistas” eran comunes. En la segunda vuelta, Marta recibió el apoyo de Mario Covas (PSDB), entonces gobernador del estado de São Paulo, porque, en 1998, Marta no pasó a la segunda vuelta para competir por el gobierno del estado por un 0,2% y exactamente contra el mismo Maluf. Dejando de lado las diferencias programáticas, Marta apoyó a Covas y éste ganó. Este hecho se repetiría en el año 2000 y Marta derrotaría a Maluf. A partir de entonces, electoralmente hablando, el malufismo no fue más que una Marcha Fúnebre.

Es un hecho que durante la alcaldía de Marta Suplicy asistimos con perplejidad a la entrega de una subprefectura a Wadih Mutran, la mano derecha de Maluf... Así, a pesar de que su gobierno contaba con el 40% de aprobación de los paulistas, Marta perdió y perdería las dos próximas elecciones. Aquí llegamos al año 2012 y con Fernando Haddad postulándose a la alcaldía llevando la consigna de renovación política, trayendo consigo la construcción del programa político al interior de los sectores y con la militancia en general. La semana pasada tuvimos la alegría de conocer el nombre de la diputada y ex alcaldesa de São Paulo, Luiza Erundina, como vicepresidenta, pero un día después corrieron rumores de una alianza con el Partido Progresista, el PP de Paulo Maluf. Y ayer lunes (18) vimos con asombro a Lula, Haddad, Maluf y quién lo diría a Wadih Mutran posando y haciéndose fotos sonrientes.

Lo peor fueron las líneas para justificarlo. El presidente del PT, Rui Falcão, afirmó que el “contexto histórico” era diferente; Haddad dijo que entendía las diferencias políticas que existían “hace 24 años”; Maluf declaró que ya no hay derecha e izquierda y Lula, bueno, Lula enterró las previas, destituyó a Marta Suplicy y justificó el tiempo en televisión: ¿1m30 realmente garantizará la victoria del candidato? Y si pierden, ¿querrán echarle la culpa a Marta y al tipo del fuego amigo?

Respecto a las demás afirmaciones, es bueno decir: el malufismo sí puede estar muerto como militancia reaccionaria, sin embargo, su valor histórico no. Es querer reescribir la historia, o mejor aún, borrarla cuando dicen que cosas así quedaron en el pasado y que sólo conciernen a un tiempo histórico concreto. Es pura melancolía. No sorprende que la participación de los jóvenes en la política partidista esté disminuyendo. Bueno, con un simple Google (y les sugiero que lo hagan, tomen los nombres Wadih Mutran y Maluf y busquen) encontrarán personas dañinas para la ciudad de São Paulo y para la política brasileña en su conjunto.

¿Significa esto que ahora ya no tendremos problemas con Rota y podremos defenderla? Sugiero leer el libro “Rota 66”, del periodista Caco Barcelos. Esto significa que a partir de ahora estaremos de acuerdo en que los profesores realmente ganan bien y que su problema es el matrimonio desafortunado…

Quien no tiene nada que perder con esta historia es el propio Maluf, quien estaba moribundo políticamente y termina resurgiendo de la mano de Lula… ¿Hola? No hay que caer en el sentido común del fin de la ideología ni nada por el estilo, la cosa es simple: oportunismo bajo y barato. Y como decía la canción del grupo Paralamas do Sucesso, que tenía a Lula como personaje, sin embargo, aquí pondremos el nombre de Marta Suplicy: “Marta Suplicy habló, Marta Suplicy advirtió…”.

Además de no contar con la senadora Marta Suplicy en su lista, Haddad corre ahora el riesgo de perder a Luiza Erundina, que ya amenazó: “una alianza con Maluf es demasiado”. Es lo correcto. La apuesta de Lula se hunde cada vez más y ha demostrado ser desastrosa a largo plazo. Puede incluso que salga victorioso a finales de octubre, pero ¿quién creerá en este “hombre nuevo para un tiempo nuevo” que abraza y acaricia al gobernador que amaban los generales de la dictadura y que heredó el lema de Adhemar Barros, el famoso “roba, pero roba”… En efecto, un camino sin retorno.

Sin embargo, todo este escenario dantesco es la quiebra del sistema representativo que gobierna Brasil, de los altos salarios, de la inmunidad parlamentaria, del voto personalista... Pero, pensándolo bien, por mucho que se reforme la transformación, ya no Proviene del espacio Legislativo, este ha ingresado en la UCI y ahora camina hacia un coma profundo sin visos de regresar. Es hora de volver a las calles, que hoy cuentan con un gran aliado llamado Rede.

Para concluir: me pueden llamar viejo o nostálgico, pero me quedaré con los tipos que alguna vez creyeron haber derrotado al malufismo y todo lo que esta palabra simboliza para la política y para la vida de las personas que sueñan con “otro mundo posible”. Aceptar que las ideologías y cambiar la estructura, en definitiva, que tales valores han muerto, es el primer paso hacia el suicidio social.

Finalmente se me ocurrió esta frase: “Con una izquierda así, quién necesita una derecha”, Zizek en “Bienvenidos al desierto de lo real”. Aquí hay otro consejo de lectura.

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