La fijación masculina por su propio pene puede resultar, en algunos casos, surrealista. Muchas veces, bajo la ilusión de que cuanto más grande, mejor, muchos acaban modificando sus órganos sin preocuparse por los riesgos que este método puede suponer para su salud.
Un alemán de 47 años, sin embargo, fue más allá y decidió inyectarse silicona en el pene. Micha Stunz tiene un miembro que mide 23 cm por 9 cm de ancho. Actualmente, su órgano pesa 4,3 kg. Tenía 45 años cuando dio el paso.
Debido a las modificaciones, Stunz no puede tener una erección normal. Aún así, le resulta muy difícil encontrar ropa interior que se ajuste a su pene, además de pantalones. Sin embargo, quien piense que se arrepiente de su decisión se equivoca.
En una entrevista con "Vice", el alemán habló sobre las dificultades para tener relaciones sexuales y dijo que "hay otras cosas que puedes hacer con él (el pene)". "Sólo hay que tener voluntad y deshacerse de cosas preestablecidas sobre el sexo".
Este cambio, sin embargo, puede plantear graves riesgos para la salud. Los urólogos advierten de la posibilidad de infección, que podría provocar la amputación del órgano.
Esta noticia se difundió por todo el mundo en 2015 y volvió a circular en las redes sociales. Capa advierte de los riesgos, como destacan los propios médicos, y no recomienda la reproducción de esta práctica.
