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Un informe retrata a los indios homosexuales discriminados

En un reportaje publicado ayer (27/07) por el diario Folha de São Paulo, la periodista Kátia Brasil pintó un retrato de indios homosexuales de la tribu ticuna, ubicada en la Amazonia brasileña. El artículo relata que los jóvenes de la tribu ya no quieren pintarse el cuello con genipapo para hacer más grave su voz, ni aceptan las reglas tradicionales del matrimonio, donde las parejas se definen durante la infancia.

Los chicos que decidieron romper con ese tradicionalismo indígena dijeron haber sufrido muchos prejuicios. No pueden caminar solos, pues corren grave riesgo de ser atacados, son llamados por los chicos de la tribu “media cosa” y también son blanco de piedras, latas y burlas.

Según datos de la Fundación Nacional del Indio (Funai), existen registros de indios homosexuales, además de la tribu ticuna, en las aldeas de Umariaçu 1, Belém do Solimões, Feijoal y Filadelfia. Darcy Bibiano Murati, de 40 años, de la etnia ticuna, le dijo al periodista que la homosexualidad es algo muy nuevo para ellos, "Esto es nuevo para nosotros. No veíamos a los indígenas así, ahora ha crecido rápidamente en todas las comunidades. Son chicos de 10, 15 años".

Marcenio Ramos Guedes, de 24 años, y su hermano, Natalício, de 22, son dos jóvenes homosexuales indígenas perfilados en el artículo. Dicen que se tiñen el pelo, las uñas y se depilan las cejas. También trabajan como bailarines en un grupo típico ticuna que se presenta en la región.

También hay problemas sociales con la familia, como relató Marcenio. El niño peleó mucho con su padre y por eso se fue de casa a los 15 años. Ella reveló que había trabajado como empleada doméstica. Luego regresó a casa de sus padres y decidió hacerse cargo de las tareas domésticas de su propio hogar.

Otro personaje retratado es el ticuna Clarício Manoel Batista, de 32 años, profesor de enseñanza primaria y estudiante de pedagogía en la UEA (Universidad Estadual de Amazonas), en la ciudad de Tabatinga. Uno de los primeros en admitir la homosexualidad en la aldea Umariaçu 2, a los 16 años. "Algunos me discriminan, aquí los indígenas, los no indígenas también. Yo me quedo callado, no digo nada. No me importan", dice.

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