El tribunal condenó al laboratorio farmacéutico Cristália a pagar una indemnización de 25 reales a un empleado que fue despedido tras revelar que era gay.
El investigador trabajaba en la empresa, ubicada en Itapira, desde hacía cinco años y afirma que fue despedido cinco días después de confesarle a su jefe de área que estaba saliendo con otro empleado del laboratorio, que también terminó siendo despedido.
En un comunicado, el laboratorio afirmó que el exempleado fue despedido porque el proyecto en el que trabajaba había sido cancelado.