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El monumento berlinés a los gays del Holocausto causa polémica

Construido hace un mes en el borde del Tiergarten, el parque central de Berlín, el monumento en honor a las víctimas homosexuales del Holocausto está provocando un tenso debate entre las clases artísticas y políticas. Los creadores del proyecto acusan al gobierno de intervenir homofóbicamente en el proyecto y de arruinar la idea inicial.

En un reportaje publicado en Foha de São Paulo este viernes (27/06), el danés Michael Elmgreen, que firmó el proyecto junto con su socio, Ingar Dragset, afirmó que no querían una abstracción "como los triángulos rosas".

Dentro de las lápidas de hormigón del monumento hay una pequeña grieta donde se muestra un vídeo de dos hombres besándose. "Queríamos una imagen explícita", revela Elmgreen. La polémica alcanzó su clímax cuando el ministro alemán de Cultura, Bernd Neumann, censuró la invitación a la inauguración, siendo el motivo una imagen de dos hombres besándose. En lugar de la ilustración, había una tarjeta gris sin ninguna imagen.

Alice Shwarzer, una feminista alemana, hizo otra crítica, diciendo que un monumento que sólo se ocupa de los hombres homosexuales ignora a las lesbianas que también sufrieron la persecución nazi. Al definir la obra, la clasificó como “kitsch” (arte sin contenido que raya en lo vulgar) y “fálica” (refiriéndose al falo, el pene, esencialmente masculino). Después de mucha presión de grupos feministas, se decidió que cada dos años se cambiará el vídeo.

Al respecto, el artista Thomas Vinterberg afirmó que el arte es subjetivo y "nunca es posible llegar a un acuerdo colectivo en materia de arte". La película creada por el artista fue grabada en el mismo lugar que el monumento, como si fuera una extensión de la obra concreta y que el artista cambiara el video destruiría la idea original del proyecto.

El memorial en honor a los gays fue aprobado durante la administración anterior, que era del Partido Verde, la actual es de la Democracia Cristiana, que es conservadora y aliada al discurso de la iglesia católica, "ellos apoyan al Papa, no Quiero ver a dos hombres besándose ", dice Elmgreen sobre la intromisión política en el proyecto. También dijo que nunca más participará en proyectos públicos, ya que afirmó que ellos (los políticos) no entienden de arte, sólo de política, "los artistas deben ser protegidos, no manipulados", dice Vinterberg.

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