Murió el pasado lunes (30), a los 60 años, Lorena Borjas, activista pionero de las comunidades LGBT y latina en la ciudad de Nueva York, debido a las complicaciones de salud provocadas por el nuevo coronavirus (Covid-19).
También conocida por haber ayudado a trabajadoras sexuales, víctimas de trata de personas -ella misma fue víctima del delito- e inmigrantes ilegales, Borjas ya ha salvado vidas acogiendo en su propia casa a personas que necesitaban refugio.
Durante la epidemia de SIDA/VIH en la década de 1980, proporcionó condones y pruebas para trabajadoras sexuales trans, así como jeringas esterilizadas para quienes se sometían a tratamientos con hormonas inyectadas en el cuerpo.
En 1981, cuando tenía 20 o 21 años, dejó Veracruz, México, y se fue a vivir a Estados Unidos para someterse a una terapia hormonal. Fue arrestada en 1994, perdió la residencia en la que vivía en ese momento y casi fue deportada, todo por acusaciones de su época como prostituta.
Se desempeñó como consejera en el Programa de Familias Transgénero de Community Healthcare Network en Queens, ayudando a las víctimas de tráfico sexual a obtener representación legal.
