in

Movimiento silencioso

Conversación de bar con un desconocido en la madrugada del sábado al domingo:

– ¿Eres homo o bi? – pregunta un chico heterosexual.
– Soy homo – respondo.
– Qué bueno que hayas obtenido esta victoria – observó el joven, refiriéndose a la decisión del STF, mientras tomaba un sorbo de cerveza.
– Sí, estoy muy feliz, ¡creo que fue un gran paso! - Hablé.
– Ahora nadie podrá hablar mal de los homosexuales – añadió el desconocido.
– No, esta ley es diferente, aún falta aprobarla – corregí.
- No es intimidación? – preguntó, ignorando el significado de la palabra.
– Además, pero por ahora esto no se considera un delito – concluí sin más.

Evidentemente, el joven se equivocó al referirse a la intimidación para hablar de la violencia que sufren los homosexuales. Pero su comentario sigue siendo interesante. La visibilidad adquirida por las personas LGBT después de la sentencia del STF, que reconoció las uniones estables entre personas del mismo sexo, fue tal que muchos deben estar pensando que la decisión de los ministros nos protege en todos los sentidos, incluso castigando penalmente a quienes nos ofenden.

¿Estamos entonces viviendo un movimiento silencioso de tolerancia? Por supuesto, una ley como la PLC 122 no impedirá que los homófobos nos ataquen. Incluso si se aprueba la ley, los que están perjudicados seguirán estando así. Pero tal vez lo pienses diez veces antes de decir algo estúpido.

Sentí que este error reportado en el diálogo anterior se ha repetido con varias personas, indiscriminadamente. ¿Será una acción y reacción provocada por esta creciente visibilidad que viene experimentando la comunidad LGBT?

Independientemente de la aprobación o no del PLC, espero que algún día cualquier mención discriminatoria contra las minorías sea vista como algo feo, de la más pura grosería. En otras palabras, es "malo" no hablar bien. Quien no siga esta evolución de la sociedad quedará automáticamente excluido y probablemente pagará un alto precio por ello.

Los gays no celebran

muy bien acompañado