En una carta dirigida al Papa Francisco, el también argentino Andrés Gioeni, quien dejó el sacerdocio tras declararse homosexual, comentó la declaración del pontífice sobre los gays durante su visita a Brasil y cree en una nueva postura para la Iglesia.
“Estoy feliz y celebro que haya un nuevo soplo de aire fresco en el Vaticano, a pesar de saber que el camino por delante es aún largo”, escribió el ex sacerdote, hoy actor y escritor.
Gioeni recordó la época en que sirvió como misionero católico y la necesidad que sentía de una revolución por parte de algunas posiciones de la Iglesia.
“Quiero hacer valer mis derechos y los de muchas otras personas que están en una situación similar a la mía. No me voy a quedar de brazos cruzados. He sido sacerdote y pastor, y como misionero católico compartí la necesidad de apertura eclesiástica. Hasta que decidí seguir otro camino cuando descubrí mi propia tendencia homosexual y acepté mi imposibilidad de ejercer el ministerio pastoral en celibato”, señaló.
En un momento dado, el ex sacerdote incluso cuestiona al Papa sobre medidas tomadas por el catolicismo que de alguna manera contribuyen a prejuicios contra la comunidad LGBT. “¿Por qué retrasar aún más este proceso? ¿El amor entre dos personas del mismo sexo no refleja en absoluto el amor de Dios? ¿Insistirá la Iglesia en la visión maniquea de que las relaciones homosexuales son sólo un acto de placer carnal que no implica afecto espiritual?”, se pregunta.
“Con su silencio, ¿la Iglesia permitirá que jóvenes de diferentes países sigan siendo estigmatizados y asesinados por su condición?”, añade.
Andrés Gioeni también pide que se haga un cambio basado en “una lectura más profunda y libre de prejuicios” “Les pido que me dejen ayudarlos a crecer y adaptarse a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”.
Finalmente, el exsacerdote revela lo que sintió al darse cuenta que no podía continuar en el sacerdocio porque era gay y dice que hoy se siente completamente feliz en su vida. "El miedo y el terror de desafiar la voluntad de Dios y estar al borde del infierno. Este comienzo fue caótico, escandaloso y doloroso", revela.
"Diría que hoy, después de casi diez años de relación monógama con una persona, me siento feliz, realizado y con ganas de transmitir esta experiencia para que muchos otros puedan vivirla y vivirla", concluye.
