El Papa Benedicto XVI atacó una vez más el matrimonio homosexual. Tras celebrar una misa ante más de 500 personas en Fátima, Portugal, el pontífice declaró que el aborto y las uniones entre personas del mismo sexo se oponen al "bien común".
En su discurso, Benedicto XVI defendió la familia "basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer". El Papa también aprovechó para defender iniciativas pastorales y sociales "que intentan luchar contra los mecanismos socioeconómicos y culturales que conducen al aborto y que defienden la vida, la reconciliación y la curación de las personas heridas por el drama del aborto".
Para Benedicto XVI, "la presión de la cultura dominante" perjudica la labor caritativa de la Iglesia. "La cultura dominante presenta insistentemente un estilo de vida basado en la ley de los beneficios más fuertes y fáciles y atractivos, que acaban influyendo en nuestra forma de pensar, nuestros proyectos y las perspectivas de nuestro servicio", afirmó.
