En 1993, la ciudad de Albany, en Australia Occidental, atravesó un momento de tensión debido a una propuesta para crear una casa de huéspedes, una especie de posada, dirigida al público gay y lésbico. Esta propuesta, que salió a la luz hace más de tres décadas, impregna recuerdos controvertidos y también es un recordatorio importante para los líderes políticos actuales.
La casa de huéspedes propuesta sería un lugar acogedor para la comunidad gay y lesbiana, con el objetivo de crear un espacio seguro e inclusivo. Sin embargo, este plan encontró una intensa resistencia por parte de sectores conservadores de la ciudad, lo que provocó una ola de indignación que culminó en una serie de debates públicos.
Lo ocurrido aún hoy suscita debates y reflexiones, destacando la necesidad de un diálogo abierto y continuo sobre la diversidad y la inclusión.