El próximo jueves 15 de diciembre, a las 19, comienza en Brasilia, en el Centro de Eventos de la CNTC (902 Sur), la segunda edición de la Conferencia Nacional sobre Políticas Públicas y Derechos Humanos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Travestis.
A diferencia de la I Conferencia, a la que asistió el Presidente de la República en la inauguración, todo indica que Dilma no hará gala de su gracia. De hecho, la presidenta no ha participado en las distintas Conferencias que se han celebrado este año, lo que marca otra diferencia de estilo respecto a su antecesor.
La movilización en estados y municipios, el impacto y la visibilidad de esta segunda edición de la Conferencia también son inferiores a los de 2008, lo que sería hasta cierto punto natural.
Resulta que atravesamos un año especialmente difícil, en el que han aumentado la homofobia, las violaciones de derechos y la violencia. Y vimos al fundamentalismo cristiano ganar aún más fuerza y poder en gobiernos y parlamentos, interceptando la agenda de derechos humanos LGBT.
Las expectativas podrían ser mejores. Hay presión del movimiento social y hay buena voluntad de sectores del gobierno, principalmente de la cúpula de la Secretaría de Derechos Humanos, para desbloquear la agenda y avanzar en políticas públicas, como es el caso del acuerdo de cooperación entre el gobierno federal y los Estados para combatir la homofobia en el ámbito de la Seguridad Pública.
Pero no hay recursos presupuestales mínimos, desaparecimos del PPA, el Plan Nacional LGBT se implementó solo parcialmente, la coordinación LGBT de la Secretaría de Derechos Humanos aún no ha dicho para qué vino (falta de diálogo, iniciativa, capacidad operativa). Lo principal es que la presidenta Dilma Roussef aún no ha dado un contragesto eficaz, capaz de mitigar los efectos desastrosos de su discurso de mayo y de la decisión de ceder al chantaje del tribunal teocrático en el episodio del "kit antihomofobia". .
En el ámbito de la ABGLT (Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales) hemos debatido que la Conferencia debe tener dos fuertes ejes transversales. Una es la defensa de la laicidad del Estado, porque sin reafirmar este principio, en cada momento, no avanzaremos.
El segundo es el pacto federativo. En otras palabras, las políticas LGBT tienen que darse en cada municipio, en cada estado. El activismo a menudo sólo exige políticas del gobierno federal y hace la vista gorda ante lo que (no) sucede en los ayuntamientos y los gobiernos estatales. En este sentido, ABGLT propone diez directrices para que la II Conferencia no fracase, de modo que sea un momento eficaz de evaluación, rendición de cuentas y acuerdo sobre las políticas para el próximo período.
Las fortalezas de nuestras demandas son el tema presupuestario, la institucionalización del nuevo Plan LGBT y la creación de una Secretaría Nacional LGBT, con estructura, para gestionar eficazmente las políticas.
A continuación, el "decálogo" con las principales propuestas de la ABGLT:
1. Aprobación de la penalización de la homofobia, Ley Alexandre Ivo; casamiento; y cambio de nombre para personas trans.
2. Nuevo Plan Nacional LGBT, institucionalizado mediante decreto presidencial, con recursos presupuestarios claramente definidos, con metas claras, medios de verificación, comité de gestión interministerial y cronograma de acciones priorizadas y jerárquicas; Avisos públicos para que ONG trabajen con la comunidad LGBT.
3. Creación de la Secretaría Nacional LGBT, encargada de articular, monitorear y visibilizar la ejecución de todas las políticas públicas y el Plan Nacional de Promoción de la Ciudadanía y los Derechos Humanos LGBT.
4. Reconocimiento del nombre social de las personas trans en todo Brasil, aprobación de legislación que permita cambiar el nombre.
5. Educación: políticas permanentes para combatir la homofobia en las escuelas, priorizando la formación continua del profesorado, el desarrollo y distribución de material docente-pedagógico y la investigación académica sobre género, sexualidad y diversidad.
6. Seguridad pública: creación de una metodología nacional y unificada para el registro de asesinatos homófobos, crímenes de odio y violencia homófoba en general; capacitación de operadores de seguridad pública en derechos humanos LGBT, con la participación del movimiento social organizado, políticas y estructuras específicas para la prevención y represión de delitos contra LGBT.
7. Cultura: apoyo a manifestaciones culturales de la población LGBT, promoción de la diversidad, carteles de apoyo a las Marchas del Orgullo LGBT, libros, CD, seminarios, películas, eventos, etc.
8. Salud: implementación plena, en todo Brasil, por todos los gobiernos, de la Política Nacional de Salud LGBT, fortalecimiento del Grupo de Trabajo de Salud de la Población LGBT.
9. Campañas nacionales, estatales y locales para combatir la homofobia, promover la ciudadanía LGBT y el respeto a la diversidad sexual, principalmente en medios electrónicos (radio y TV), pero también en internet, redes sociales, periódicos impresos, etc.
10. Trabajo, Asistencia Social y Seguridad Social: políticas de creación de empleo, calificación profesional e intermediación laboral e inclusión previsional dirigidas a personas LGBT, especialmente travestis y transexuales. Ampliación de la inclusión de temas LGBT en las políticas de asistencia social, en Brasil sin Miseria, en los Centros de Referencia y Centros de Referencia Especializados en Asistencia Social (CRAS/CREAS).
*Julian Rodrigues es activista LGBT de Aliança Paulista y ABGLT y miembro del Consejo Nacional LGBT.
