El presidente de Burundi, Evariste Ndayishimiye, pronunció recientemente un discurso extremadamente controvertido, donde declaró abiertamente una posición de odio y brutalidad contra la población LGBT+ de su país. Con palabras significativamente duras, preguntó por qué no se lapidaba a los miembros de esta comunidad, actitud que enardeció aún más la ya delicada situación de los derechos humanos en el país africano.
Burundi, una ubicación geográfica en África central, es uno de los pocos países del mundo que todavía penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, con penas estrictas que van desde fuertes multas hasta penas de prisión que pueden durar hasta dos años.
Esta problemática declaración del presidente Ndayishimiye se produjo en una reunión en la provincia de Gitega, donde incluso la mención de la homosexualidad está prohibida. En dicho encuentro equiparó a la persona LGBT+ con un ladrón, argumentando que ambos deben ser tratados con la misma severidad.
Respetando la dignidad humana y la diversidad, organizaciones internacionales condenaron las palabras del presidente y expresaron preocupación por la seguridad de todos aquellos que se identifican como miembros de la comunidad LGBT+ en Burundi.
Las palabras del presidente no sólo son una afrenta directa a la dignidad humana, sino también una clara demostración de homofobia y prejuicio. La criminalización de las relaciones homosexuales y la violación de los derechos humanos son actos intolerables en nuestra sociedad contemporánea.
A pesar de la continua persecución y discriminación que enfrentan las personas LGBTQ+ en Burundi, muchas continúan luchando valientemente por sus derechos. En un mundo cada vez más consciente y abierto a la diversidad, la homofobia y la transfobia no tienen cabida.
Organizaciones de derechos humanos de todo el mundo piden a la comunidad internacional que intervenga para garantizar la seguridad y los derechos de quienes sufren homofobia y transfobia en Burundi. La homofobia y la transfobia son una violación de los derechos humanos y deben ser tratadas como tales.
Y como siempre, es fundamental que recordemos que todas las personas merecen ser tratadas con dignidad y respeto, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.
¿Interesado en mantenerse informado sobre los derechos humanos y la comunidad LGBTQ+ en Burundi y el resto del mundo? Estén atentos para más noticias y actualizaciones.
