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Renacimiento

Acabo de regresar del hospital y renací con los resultados de la biopsia en la mano, ¡diciendo que no tengo nada maligno!

Experimenté la importancia de donar sangre (tuve que hacerme una transfusión), de ceder el paso a las ambulancias en el tránsito (estaba en una), de ser amable como médico o enfermera (esta vez fueron todos súper atentos), de ser una madre y un padre amorosos (los míos son benditos), de ser un verdadero compañero (mi esposa aguanta todos los listones que sólo por Dios, ya ves…).

Hoy puedo decir que realmente comencé a vivir. Fue necesario impactarse, enfrentar a la señora Muerte y sonreírle, con cierto escalofrío por la espalda, para decidir despertar y vivir cada segundo con plenitud y gratitud.

¿Quieres saber lo que tengo? ¡Tengo amor, gratitud, vida!

El resto es sólo una manera que Dios encontró para recordarme que no tengo todo el tiempo del mundo, en este plan, para hacer lo que tengo que hacer... y ser feliz. ¿El nombre de mi susto? Mioma uterino. Vale... los miomas no matan a nadie, pero sus consecuencias pueden ser terribles, según el caso. En el mío me provocó una hemorragia que nunca había visto, ni siquiera en películas de terror...

Cada segundo de la vida es demasiado importante como para desperdiciarlo en malos pensamientos, mezquindades y cosas por el estilo... Dejemos de pensar en pequeño y comencemos a cuidar más de nuestras propias vidas.

¡Gracias por todo Vida!

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