La salud mental es un tema de creciente importancia en la sociedad actual y merece una atención específica cuando se trata de grupos marginados y minoritarios, como la comunidad LGBTQ+. Varios estudios demuestran que las identidades sexuales marginadas enfrentan una mayor tasa de estrés y, en consecuencia, mayores tasas de trastornos de salud mental.
Según el Instituto Americano del Estrés, el estrés es una respuesta física y emocional a nuestro entorno y situaciones. Cuando nos referimos al “estrés de las minorías”, nos referimos al estrés crónico y constante que enfrentan las personas LGBTQ+ debido a su identidad de género u orientación sexual.
La discriminación y los prejuicios son fuentes importantes de estrés para la comunidad LGBTQ+. Esto puede ir desde el acoso, la violencia y el rechazo familiar hasta la discriminación en el lugar de trabajo. Estas experiencias pueden provocar un aumento del estrés, que posteriormente puede provocar problemas de salud mental.
La necesidad de ocultar o negar la identidad sexual también puede ser una fuente importante de estrés. Además, el estigma interno u homonegatividad
