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La serie Glee promueve la inclusión al abordar la homosexualidad

Estaba con mi hija de 10 años viendo la serie “Glee” en la televisión. Personalmente lo encuentro aburrido, pero a ella le encanta. Así que decidí aguantar y mirar hasta el final. Poco después me alegró ver que hoy el tema tratado era la homosexualidad.
Uno de los chicos, abiertamente gay, es elegido “reina” en el baile de graduación. Por supuesto se sintió sumamente ofendido por la broma, pues imaginaba que todos allí la aceptaban, pero estaba claro que el prejuicio sólo era oculto, velado y cuando salía a la luz era de mal gusto y cruel. Lo mejor de todo fue que dio vuelta las cosas y decidió recibir el premio, contradiciendo las expectativas y frustrando a los malvados.
Me alegré mucho porque cada vez es más claro que se está mostrando la homosexualidad, haciendo que la sociedad piense por qué se debe aceptar o no aceptar. De esta forma, el hecho de que dos personas del mismo sexo se amen ya no es un tabú.

Como psicóloga, agradezco que en la televisión nacional se muestren referencias como la mencionada anteriormente. Al homosexual que no se acepta le resulta mucho más fácil aceptarse cuando ve que no es una aberración sino una persona que tiene una forma de amar diferente a la mayoría heterosexual.

Otro ejemplo que creo que vale la pena mencionar es el bueno de Eduardo, personaje de Rodrigo Andrade, en la telenovela “Insensato Coração”. Está loco por querer agarrar al profesor Hugo (Marcos Damigo) pero, debido a su propio concepto equivocado de lo que significa ser gay o lo que significa amar y ser amado por otro hombre, cree que será más feliz reprimiendo. sus deseos. La verdad es que tiene miedo. Miedo al rechazo, miedo a la no aceptación, miedo a cometer errores.

Por mucho que todavía queden personas horribles, retrógradas e infames como el mencionado diputado homofóbico de Río de Janeiro (¡prefiero no mencionar más su nombre para no ensuciar mi texto escrito con tanto cariño!), la homosexualidad existe, es una orientación sexual y debe y será respetada cada vez más. Vivimos en un Estado laico y la democracia es el sistema de gobierno que adoptamos como correcto. Si hay gente en las calles representando por “millones” una manifestación que fue creada para promover la visibilidad homosexual, ¿por qué deberíamos pensar que esas mismas personas no podrán aceptar definitivamente las diferencias?

Creo en estos cambios sociales, ya que puedo decir por experiencia personal que cuando tenía 10 años no tuve la oportunidad de ver una serie que tratara sobre la homosexualidad junto a mi madre. Por lo tanto, sólo puedo decir: ¡por el futuro y, con él, por una humanidad más consciente, más justa y cada vez más inteligente! Dejar atrás, de una vez por todas, el moralismo, los prejuicios y la intolerancia.

*Regina Claudia Izabela es psicóloga y psicoterapeuta. Para enviar tus dudas escribe a claudia@dykerama.com.

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