No le deseo la soledad ni a mi peor enemigo. Los seres humanos no nacieron para estar solos. Necesitamos contacto, tacto, interacción. Es en el intercambio que nos realizamos.
Hay personas que dicen que estar solo es vital para el proceso de autoconocimiento. Hablaré por mí: odio estar solo. No soy una buena compañía para mí. En mi vida siempre he priorizado las relaciones duraderas. No sorprende que haya estado casado durante 5 años y que tenga amigos con los que he interactuado durante 10 o 15 años. Creo que la soledad corroe los pensamientos, genera ansiedad y mina la autoestima.
Sé que hay gente que sabe arreglárselas sola. No lo condeno. Conozco a varias personas que tienen un increíble sentido de autoconservación, son súper seguras y decididas. Van solos al cine, les gusta aislarse para leer un buen libro e incluso viajan solos. Pero yo no. El problema es que tiendo a extrañar a las personas que amo cuando la soledad me abruma. No estoy tan seguro como crees. Soy frágil y me gusta ser así. Es en esta fragilidad donde me encuentro, donde defino los caminos que seguiré.
Paulinho da Viola, en la letra de "A Dança da Solidade", canta que "la soledad es lava que todo lo cubre / Amargura en mi boca / Tus dientes de plomo sonríen". La soledad es algo horrible, en pocas palabras. ¡Que estéis siempre felices y bien acompañados!
