murió hoy un hombre llamado Clodovil. Un brasileño no muy típico, pero con aire brasileño. (La rima no fue intencional). Su trayectoria es genial, pero parece ignorada por nosotros. En cuanto a la mentalidad estrecha de miras de esta enorme provincia, cualquier homosexual que tenga éxito siempre será sólo un homosexual antes de ser cualquier cosa. Es comprensible, entonces, el desconocimiento sobre la trayectoria de Clodovil.
Clodovil era gay y esto no es una gran noticia, ya que fue quizás el homosexual más famoso que esta nación haya conocido, o quizás llegue a conocer. Por ser como era, por asumir sus posturas y por su imagen de persona altamente arrogante y grosera, Clô hizo historia y dejó su nombre en la historia de la televisión, la moda y la política. Era afeminado, libertino, amargado, irónico y tenía una lengua muy afilada. En fin, una chica. Por eso me atrevo a decir: desde el más abierto hasta el más encerrado, a todo gay le han llamado Clodovil.
Para las masas, Clodovil, antes de ser presentador, estilista y diputado, era eso: un hombre gay. Sus característicos chistes, su peculiar risa y su voz que sonaba como si tuviera un huevo en la boca influyeron en generaciones y generaciones de cómicos -desde Casseta y Planeta hasta el nuevo amigo de Lady Kate- para quienes debió ser más fácil componer un personaje gay en parte superior de una caricatura. Clodovil, con posiciones a menudo arrogantes y prejuiciosas, también creó una parodia de sí mismo.
Declaraciones polémicas y posturas polémicas marcaron su vida pública. Con su nivel de exposición y acceso a los principales medios de comunicación, tenía todo para ser un gran defensor de la bandera del arcoíris, cosa que no era así. Para los militantes, no era uno de los más queridos. En dos ocasiones, antes de ser elegido diputado, recibió el Trofeo Pau de Sebo de manos del Grupo Gay de Bahía. El premio está dedicado a quienes son considerados enemigos del Movimiento Homosexual Brasileño.
Clodovil fue polémico, dividió opiniones y, hoy, con la tendencia a santificar a los que mueren, muchos derramarán su amor por el viejo señor. Su muerte llegó repentinamente, tomando a todos por sorpresa. Para hoy, el próximo domingo y el año que viene tenía planes. Debió gustarle la política, ya que tenía la intención de postularse para un escaño en el Senado.
Con todo lo que se puede decir, hay que resaltar una cosa de esta personalidad: era un ser humano, con todas las perfecciones e imperfecciones que ello implica.
