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15 Minutos

Como todo es breve, de un solo paso cerré con llave la puerta del dormitorio. No se suponía que fuera una despedida así, pero como el tiempo entre nosotros será breve y la hora de salida ya estaba cerca, fueron los 15 minutos de intensidad los que marcaron la diferencia.

Regresé a la cama quitándome la ropa y tirando de sus piernas para liberarla de sus pantalones cortos y bragas. La blusa roja se levantó dejando solo los pechos al descubierto y en la brevedad del espacio entre ellos y el sexo, se alternaron chupetones y succionaron intensamente la disponibilidad del deseo.

En el calor del verano de enero, cuerpos sudorosos, apretados, a un ritmo rápido, entre gemidos y susurros en la búsqueda de la satisfacción de anhelos anticipados. - "¡Yo te amo!" – me dijo respirando pesadamente y con los ojos cerrados, mientras mi cuerpo iba y venía al ritmo del de ella, cada vez más rápido, con sus uñas clavándose en mi espalda y yo sosteniéndola por el cabello, con mi boca pegada a la de ella.

Abrazándola, le pedí que se volviera boca arriba, sin dejar de tocarla durante su orgasmo y sin perder el ritmo de nuestros cuerpos, que se frotaban de deseo y placer, tan rápido como la necesidad lo requería, corriéndonos, gimiendo, yendo y viniendo hasta perdiendo el control y desmayándose, liberando el peso de su cuerpo sobre el de ella.

En 15 minutos que no vuelven, como todo lo que es breve, ni siquiera necesito esperar tu regreso para darte la certeza de que te quiero aún más. Que sea en la brevedad del tiempo o en la dimensión eterna mientras dure.

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