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Tú…

Entro a la habitación… ¿Tú? Estás sentado frente a la computadora… Me acerco y te abrazo por detrás. Me aprietas más y me besas ligeramente en la boca.

Me doy cuenta de que estás viendo una película porno… Dos mujeres, en un delicioso 69. Sé lo cachondo que te pone esto y me mojo de inmediato.

Empiezo a besar tu cuello, ligeramente, y siento que tu respiración se vuelve entrecortada... Sin decir una palabra, te das la vuelta, te levantas y te acuestas en la cama... Yo me siento en la silla del ordenador y espero.

Lentamente, empiezas a pasar tus manos por tus senos, por tu blusa… Aprietas tus pezones, que se ponen duros… Salivo y paso mi lengua por mis labios, imaginándolos en mi boca. Mi corazón está acelerado y mi cabeza está un poco entumecida de imaginar la hermosa escena que estaba por venir. Lo que siento es mágico, único y quiero que dure para siempre.

Sonríes, abres ligeramente las piernas y metes las manos dentro de los pantalones… Mis ojos se iluminan. Suspiro y abro la boca expectante.

Luego te acuestas boca arriba, con las piernas hacia mí, y comienzas a rodar lentamente, frotando tu dedo contra tu clítoris. Me empapo y me enloquezco…

– Quítate la ropa por mí… – pregunto.

Con calma, sacas la mano del pantalón y, muy lentamente y sin quitar tus ojos de los míos, te quitas la blusa, el pantalón, el sujetador y las bragas. Me detengo de agarrarla y besarla.

Te acuestas de nuevo y puedo verlos a todos... Tu sexo húmedo, tus pechos llenos y maravillosos, tu cabello negro enmarcando tu hermoso rostro...

Sin esperar mucho, comienza a tocarse. Él juega con su clítoris con la punta de uno de sus dedos, mientras, con la otra mano, acaricia alternativamente sus senos. Me arrodillo frente a ti, como si reverenciara ese momento mágico.

Me miras con deseo, y a veces dejas los ojos entrecerrados, sintiendo un enorme placer al entregarte a mí de esta manera. Ruedas sutilmente, al mismo tiempo que te tocas... No puedo quitarte los ojos de encima, estoy hipnotizada.

Siento que mi corazón se acelera, junto al tuyo, como si sintiera todo lo que tú sientes.
De repente, te das vuelta sobre tu estómago. Tus gemidos aumentan y tus movimientos se aceleran. Puedo verla chorreando lujuria y mi cuerpo se vuelve suave, de placer y deseo.

No puedo resistirme, me siento a tu lado y toco tu cabello, mientras tú sigues moviéndote y tocando tu clítoris, con ansias, a punto de correrte… Siento mi corazón a punto de explotar.

Con una contracción de tu cuerpo y un grito sutil, te corres, echando la cabeza y el pelo hacia atrás... Una escena que sé que recordaré por el resto de mi vida. Mi corazón se incendia, mi visión se vuelve borrosa y me corro poco después.

Permaneces acostada boca abajo durante unos segundos, mientras te acaricio, ligeramente. Luego se vuelve hacia mí y nos besamos por un tiempo que dura la eternidad...

Entonces, me abrazas y me dices al oído: ahora te toca a ti.

Sonrío, lo miro a los ojos y respondo: tu deseo es mi orden…

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