in

5 sentidos – Tacto

“El tacto es el sentido que marca, en el cuerpo, el límite entre Eros y Thanatos. Es a través del tacto que se realiza el amor. Es en el lugar del tacto donde ocurre la tortura”.

Rubem Alves

Después de un tiempo de retiro, vuelvo a escribir en Dykerama, terminando el secuencia de textos sobre el sexo y los cinco sentidos, hablando del último y, quizás, el más importante de ellos: el tacto.

Para hablar de tacto, tenemos que empezar hablando de la piel. Es el órgano más grande del cuerpo humano y se encarga de proporcionarnos el sentido del tacto, formando una “capa” de protección entre nuestro cuerpo y el mundo exterior, siendo así fundamental para nuestra supervivencia. Nos ayuda a percibir el mundo, ya que es a través de él que sentimos, por ejemplo, si la temperatura del ambiente es demasiado caliente o demasiado fría o si hay algo que puede amenazarnos y herirnos, como una espina.

Además, el tacto también es sumamente importante en las relaciones humanas y, sin lugar a dudas, en el sexo. Los bebés que nacen prematuramente y que reciben masajes suaves tienden a desarrollarse mejor que los que no reciben masajes y crecen más felices. Las personas privadas de afecto y contacto físico tienden a desarrollar diversas patologías, desde emocionales hasta físicas, como aversión al tacto o dificultades sexuales. Por tanto, la piel y el tacto no sólo tienen una función biológica, sino también emocional…

Las regiones de nuestra piel que contienen más terminaciones nerviosas son las responsables de las mayores sensaciones, tanto de placer como de dolor. Entre las zonas más sensibles del cuerpo se encuentran las yemas de los dedos, la lengua, los pezones y – ¡amén! – nuestro querido clítoris. Pero hay otras zonas muy sensibles que muchas veces descuidamos, como la parte interna de los muslos, la nuca y el cuello, la zona de las costillas, los pies…

La importancia del tacto en el sexo es casi obvia. Si el interés puede comenzar con la mirada, la voz, la personalidad, es a través del tacto que se fortalece o termina para siempre. El beso, el tacto, la temperatura y la textura de la piel, esto es lo que determina si se dará “química” o no… Lo bueno es que esta “química” no depende de si la persona sigue o no el “estándar”. ”de belleza, o de una mujer que nos interesa. A veces una mujer nos parece perfecta, pero a la hora de besar, de tener sexo, algo no “coincide”, y por eso no tiene sentido esforzarse demasiado. Y en otros, cuando creemos que no tenemos nada en común con la chica, ella nos vuelve locos con sus besos y sus caricias, y entonces el deseo se vuelve muy difícil de contener…

Y este deseo, esta “química”, estas “cosas de piel” son extremadamente particulares y a menudo inexplicables. Podría ser la textura de la piel, la temperatura, la forma de jugar, el “fit”… O, muy probablemente, todo junto. Y, cuando todo se junta, el sexo tiende a ser inolvidable…

Hablar de tacto y sexo es hablar de tacto. De esos ligeros, cuando los dedos bailan sobre el cuerpo, el rostro, los labios, poniéndonos una deliciosa piel de gallina. Los más agresivos, los que nos dejan sin aliento, nos arrestan, nos intiman, nos enjaulan. Masajes que pueden tanto relajar como excitar.

Se trata de marcas. Chupetones en el cuello, marcas moradas en los muslos, rasguños en la espalda. Marcas de velas calientes, marcas de lápiz labial, marcas de mordiscos.

Es hablar de sensaciones, y multiplicarlas: besos suaves, lenguas calientes, manos frías… Sudores, sábanas, lencería, baños de burbujas, aceites calientes, cremas, pasillos negros…

Se trata de experimentar, de dejarse llevar. Se trata de crear nuevos deseos, de preguntar, de inventar, de saber cuándo parar y cuándo continuar…

Se trata de formas de aumentar nuestra sensibilidad al tacto, pidiéndole a nuestra pareja que nos venda los ojos y estimule nuestro cuerpo de diferentes maneras, como con plumas, la lengua, mordiscos, hielo... O jugar, turnándonos con las sensaciones: aplicando hielo. , luego pasar la lengua caliente (el lugar exacto queda a la imaginación…).

Hablar de tacto y sexo, en definitiva, es hablar más allá de lo obvio. Como dice Rubem Alves, se trata de cumplir el deseo, de materializar la fantasía, de sentir el amor.

Diputado peruano deberá presentar proyecto de ley para aprobar el matrimonio homosexual

Telenovela europea abordará la transexualidad en la adolescencia