Se han presentado cargos penales contra un club gay en Rusia por “extremismo LGBT”, lo que marca un precedente preocupante en el país. Según Yekaterina Mizulina, líder de la Liga Internet Segura, cercana al Kremlin, las autoridades rusas iniciaron el primer caso penal en el país por este motivo.
Las acusaciones estaban dirigidas a las actividades del club LGBT Pose, luego de que los visitantes informaran a las autoridades que el establecimiento supuestamente respaldaba el “movimiento extremista LGBT”. Esta acción se suma a una serie de medidas represivas contra la comunidad LGBTQ+ en Rusia.
A finales de 2023, el Tribunal Supremo ruso calificó al “movimiento público LGBT internacional” de “extremista” sin especificar claramente su naturaleza. Esta decisión es sólo otro capítulo de la campaña en curso del gobierno ruso para suprimir los derechos LGBTQ+.
Desde la introducción de la ley de “propaganda gay” en 2013, que penaliza la difusión de información sobre relaciones no heterosexuales, hasta la legislación antitransgénero aprobada en 2023, Rusia ha aplicado leyes discriminatorias que violan los derechos humanos universales.
Etiquetar al movimiento LGBTQ+ como “extremista” no sólo expone a las personas LGBTQ+ a la arbitrariedad de las autoridades, sino que también criminaliza cualquier acción tomada para defender estos derechos. La participación o financiación de una organización “extremista” puede resultar en hasta 10 años de prisión, además de otras penas severas.
Estas medidas represivas han provocado el cierre de organizaciones que defienden los derechos LGBTQ+ y un ambiente de miedo y represión dentro de la comunidad. La exhibición de símbolos como la bandera del orgullo LGBTQ+ también ha sido criminalizada, lo que ha llevado al arresto y castigo de personas que expresan su identidad o apoyo a la comunidad.
Es esencial que la comunidad internacional se una para condenar estas acciones y apoyar los derechos humanos y la dignidad de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. La presión internacional es esencial para detener el retroceso de los derechos LGBTQ+ en Rusia y en todo el mundo.
