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Tentação

Oye, otro día más de gimnasio, me encanta, tengo que mantenerme en forma, ¿no? Bueno, pero lo que os voy a contar hoy aquí no es cómo hacer ejercicios abdominales, sino cómo mi novia casi me pilla en el acto con la chica en el gimnasio... ¡Oye! No, resulta que no soy fanático de la bigamia… Sucedió. No voy a decir que fue inevitable, claro que lo hubiera sido si la chica buena, o sea, la chica del gimnasio, no fuera tan... oh... ya les contaré cómo fue su pequeña. las curiosidades se fueron...

Llevo un tiempo yendo al gimnasio, mi cuerpo tonificado lo es todo, ¿no? Uf, vale, te confieso que no voy al gimnasio precisamente para estar en forma, sobre todo porque voy a hacer ejercicio y no lo disfruto... Mira, dije disfruta, los cuerpos sudorosos y los mechones de pelo pegados. a las espaldas desnudas de esas gráciles y deliciosas muchachas... digo, esos objetos de estudio. Sí, la excusa para hacer ejercicio en el gimnasio más lejos de casa era un trabajo facuh, donde tendría que describir la rutina de un entrenador personal…

Lo mejor de todo la historia es que mi hermosa novia… Durante la cena una noche antes de mi primera clase en el gimnasio, me dijo con la cara más descarada del mundo:

– Mi hermosa… tengo una sorpresa para ti.

- Decir. Me encantan las sorpresas… – Sí, ya estaba pensando en otra cosa…

– Voy a hacer ejercicio contigo en ese loco gimnasio. Así cada día tendrás más ganas de asistir y yo también... ¿No es una sorpresa maravillosa?

-… – (Silencio, y quedo como un idiota… ¿Te imaginas?) – Qué sorpresa… – Dudé. - Bueno mi amor. – Parece que no me entusiasmaría ir al gimnasio.

Se podría decir... Tengo mucha suerte, ¿verdad?

Bueno, vayamos al grano, yo estaba ahí, toda sudada, en la caminadora, concentrada en mi “trabajo”, cuando entré... Sí, una mujer MARAVILLOSA... Ella... la perdición.

Extremadamente concentrado en mi ejercicio, cuando la mujer se para frente a mí de espaldas y comienza el haooooongamento... Oh oh... Ya te lo imaginas, ¿verdad? En medio de todo ese estiramiento, separó las piernas y cayó... Sí, la gente bajó, colocando las puntas de sus dedos en su pie... Lo juro, casi me caigo de la caminadora... ¿Qué? una situacion. Incluso estaba inclinando la cabeza hacia un lado para analizar la posición.

– Amor – el tono de voz era considerablemente alto, puedes apostar. – Ya voy, ¿vienes?

¿Amar? Chicos, Márcia NUNCA me llamó amor. La mujer se levantó y giró hacia mí cuando escuchó la voz de Márcia, sonó como una provocación... Ella dio ESA sonrisa en el costado de su boca y siguió estirándose, siempre con los ojos fijos en mí, yo ya estaba enloqueciendo. .

– Está bien… está bien, ya me voy. – respondí mientras terminaba mi ejercicio.

Tan pronto como terminó de estirarse, se acercó a la cinta de correr al lado de la mía. Provocación, ¿verdad? Estaba claro que así era... Nos quedamos en silencio unos minutos y yo solo observaba... Dicen que el silencio habla por sí solo, ¿no? Bueno, está demostrado.

- ¿Te gusta?

¿Lo estás disfrutando? Bueno, si ella estaba hablando de su cuerpo… a mí me encantaba…

- ¡Lo siento! ¿No entendí? – Actué como si no entendiera. (Esto siempre funciona cuando quieres hacerte el difícil).

- De la Academia…

¿De la Academia?

– Er… Sí… Muy acogedor aquí.

¿Acogedor? Qué podrido... Oh oh... Se puede decir que me veía tonto a su alrededor...

– Isa, te espero en el vestuario. – Márcia siempre es tan incómoda…

Si crees que esto intimidó a Morenassa, no te dejes engañar, era un ambiente tenso. Márcia miró a la mujer con esa mirada de gata montés y a la mujer con esa mirada de superioridad... Oh oh, ni siquiera sé cuál era más sexy. (Pensamiento destacado en mi cabeza... Yo, mamá y Morenassa... Ay...) Vale, vale... seguimos adelante.

Con ese clima, lo más sensato era huir. Fui al vestuario... Márcia lo siguió con el ceño fruncido.

– Prácticamente te estabas comiendo a esa pequeña con tus ojos Isabela. – Cuando dice mi nombre completo, es señal de problemas.

- ¿I? – (actuar como si tuvieras un desacuerdo también sirve para burlar a tu novia… ) – ¿Estás paranoico, me voy a dar una ducha y estaremos bien? – Le di un beso en los labios y entré al cubículo, ella entró al cubículo de al lado.

Abrí el agua fría y dejé que mi cuerpo se enfriara... Esa mujer estaba loca, burlándose de mí así... Del otro lado, Márcia seguía peleando conmigo.

– No lo creo, una perra no puede aparecer frente a ti y te derretirás por completo… Y qué maltratada estaba esa mujer… – Dudé, ¿no? Podrían decir, ahora tengo que aguantarme… – Qué absurdo… ¿No se ha dado cuenta de que ya estás tomada?

Ella siguió hablando y yo ya ni siquiera le presté atención. El cristal de la ducha era oscuro, de esos que se ven de dentro hacia fuera, pero no de fuera hacia dentro... Perfecto, ¿no? ¿Por qué perfecto? Ja, ja… ¿Adivinas quién entró al vestuario? Siiii... Mi perdición... Se detuvo frente al lavabo y se inclinó para lavarse la cara... Qué visión.

Está bien… necesitaba pensar muy rápido. Miré el jabón que tenía en la mano y lo tiré al cubículo de al lado. Bueno, aproveché que se me había “olvidado” el jabón en el armario, me envolví en una toalla y fui a buscar otra… Se puede decir… Esta idea fue genial, ¿no?

Ahora solo tenía que usar mis poderes de seducción... Y... Y nada chicos, tenía que controlarme, pero esa mujer era una tentación. De todos modos ahora tenía que conseguir otro jabón...

Frente a ese monumento solo con una toalla, ¿cómo estaba yo? Si, asi. Para completar mi closet, estaba abajo… No fue nada premeditado… Por favor tranquilo, estaba en un momento crítico, todo parecía contribuir, hasta el jabón se me “olvidó”… Me agaché para abrir el closet… lo juro. … Sentí que me ardía la espalda, la espalda, las piernas, el trasero… Raro, la mujer me devoraba con la mirada. Le di una media sonrisa misteriosa como esa que dice: “Te espero en la ducha” antes de volver a la ducha… Y también me olvidé de cerrar la ducha. Sí, amnesia… ¿Hay algún problema? ¿No? Fue lo que pense.

Mira, lo juro. No quería traicionar a Márcia y mucho menos delante de sus narices, pero bueno... necesitaba una historia, ¿no? ¿Puedo culparte a ti? Por favor, gente… Brigadiiinha sabía que podía contar con ustedes.

Continuo...

No pasó mucho tiempo, vi a través del cristal a la morena acercándose, vestida solo con una toalla, tocando la puerta... ¿Estás de acuerdo conmigo en que ni siquiera hizo falta tocar? Nuevamente, para hacerme el difícil, me tomó un tiempo abrir, como… Unos 5 segundos… Mucho tiempo, ¿verdad?

Parecía premeditado, pero desde el baño se escuchaba la música que sonaba en las salas de ejercicios, en ese momento empezó a sonar: Qué puedo hacer – Marion k. En serio, tocar esa canción en ese momento fue demasiado, perdí el sentido, no tanto por la letra de la canción, pero tal vez por el ritmo y esa situación y todo, me volví realmente loco. La mujer fue rápida, apenas la dejé entrar me estaba empujando contra la pared, un gemido desenfrenado escapó de mis labios, cubrió mi boca con la suya, sus manos ya recorrían mi cuerpo, haciendo el contorno, deslizándose fácilmente con las exceso de jabón, lenguas bailando en un ritmo perfecto, que beso dios mío. Sus labios se separaron y los suyos bajaron hasta mi cuello, chupando, mordisqueando, su boca bajó aún más hasta mis pechos, demorándose allí, volviéndome loco, la mujer sabía lo que hacía. Recuperé el sentido y empujé su cuerpo con el mío bajo la ducha, la sostuve por la cintura, juntando nuestros cuerpos incandescentes, al parecer ella no quería ninguna reacción de mi parte, no me dejó hacerme cargo de la situación. Incluso por un segundo, ella me empujó contra la pared. Con esa mirada superior que me volvía loca, me miró profundamente a los ojos, ni siquiera necesitó decir nada más, ¿verdad? Me entregué por completo. Cuando me di cuenta ella ya estaba deslizando su cuerpo sobre el mío, moviendo su boca por mi pecho, pechos, vientre y… Oooooh… Si quería matarme, casi lo logra… Con sus manos me sostuvo. por las caderas y comenzó una exploración loca allí.

– Isa, necesito el jabón.

Cuando escuché la voz de Márcia casi me caigo, de hecho si la morena no me hubiera agarrado me habría caído. Además de volverme loca, también jugaba con su lengua, mirándome con la cara más traviesa que podía poner, arqueando una ceja sin apartar la mirada, ¿y yo? Bueno, tuve que contenerme para no hacer ningún “sonido sospechoso”. Sin decir nada, tomé el jabón que estaba en el soporte y se lo entregué a Márcia por encima de la pared. Lo peor de todo es que la morena no se quitó esa cara de pervertido. ¿Es fácil? Ante esa situación casi empujo a la mujer y salgo corriendo de ese vestuario, dije CASI. Vaya chicos, díganme, en mi lugar, ¿qué harían ustedes? Literalmente ya estaba en el fondo, el pecado ya estaba consumado, de hecho ni siquiera estaba consumado... Bueno, resulta que ya estaba bajo la lluvia, o mejor dicho, en la ducha que debía meterme. mojado, así que lo que sea.

Después de la tensión, la mujer me abrazó aún más fuerte y continuó lo que aún no habíamos terminado. Su lengua deslizándose dentro de mí me volvía loca, ni siquiera recordaba que estaba haciendo algo mal. Todo en aquella criatura era una invitación a perderme, su mirada, su aire superior, su boca... Y qué boca, déjame decirte de paso, era pura TENTACIÓN. Para aumentar la fricción levantó mi pierna izquierda y la colocó sobre su hombro, fue entonces cuando perdí completamente la cabeza, nunca había sentido tanto placer en toda mi vida, cuando llegó el tan esperado orgasmo quise repetir la escena. de TITANIC... Cuando Rose golpea la ventanilla del auto y se desliza... Secreto: Siempre quise hacer esto... Bueno, lo hice. Con la otra mano sostuve su cabello mojado, incliné mi cabeza hacia atrás, arqueé mi cuerpo, retorcerme en ese momento era inevitable y al parecer a la pervertida le gustó, mientras aumentaba su ritmo, ahora penetrándome con sus dedos cada vez más fuerte. . No pude soportarlo, me invadieron espasmos muy violentos y me corrí en la boca de esa deliciosa tentación, dejé que mi espalda se deslizara por la pared hasta caer de rodillas frente a ese monumento. La ducha del siguiente cubículo estaba cerrada, apoyé mi cabeza contra la pared y cerré los ojos, sintiendo el sabor amargo de esa traición. No sé si la morena se dio cuenta, aún de rodillas frente a mí, permaneció en silencio.

Minutos interminables de silencio pasaron dentro de mi ducha, solo el sonido de la ducha corriendo.

– Isa, ¿todavía te estás duchando?

Abrí los ojos cuando escuché esa voz familiar, cuando miré hacia el lado donde Márcia estaba frente a la puerta de la ducha, con un movimiento rápido cerré la cerradura, conteniendo la respiración no respondí, no fui despiadado por eso. Ella permaneció allí unos segundos más, que me parecieron una eternidad. Ahora con voz más suave y afectuosa añadió:

– Te espero en el auto, ¿vale? No lleva mucho tiempo. – Dijo y se fue.

Bajé la cabeza y exhalé de manera aliviada y ansiosa, la mujer frente a mí me abrazó fuerte, me sentí protegida y pedí ese delicioso abrazo.

- ¿Lo siento?

Pensé que iba a morir con esa voz de Pink, casi la agarro de nuevo, pero ella se levantó, tirando de mí de la mano para que yo también pudiera levantarme. Cara a cara con aquella antigua tentación actual. Ojo por ojo…

– ¡No, Suzy! – Dijo con convicción.

– Fue un placer volver a tenerte entre mis brazos, Bela… – Se envolvió en la toalla y abrió la puerta, tomé su mano y acerqué su cuerpo al mío y besé sus labios, un beso de despedida. Parecía una escena de película, nuestras manos se liberaron en cámara lenta. - Cuidate. – Le guiñó un ojo y se fue.

Ahora te estarás preguntando: “¿Suzy?”, “¿En mis brazos otra vez?” Sí... oh oh (suspiro), esta mujer ha sido una tentación tantas veces en mi vida... Pero es una larga historia, te lo contaré más tarde... ¿Cómo estuvo Márcia? Oh, tienes tanta curiosidad...

Me vestí, salí del gimnasio y me subí al auto.

– Isa, lo siento, no debí haber peleado así contigo, mi belleza. – Si quería hacerme sentir arrepentido, lo hizo. - ¿Me perdonas? – Dios mío, qué situación…

No dije nada más, me acomodé en el banco, suspiré, miré esos ojos que esperaban respuesta, le di un tierno beso en los labios y permanecimos en silencio todo el camino.

Sólo yo sé cuánto deseaba correr a los brazos de quien siempre ha sido mi mayor amor.

Llegamos a casa y me tiré en el sofá. Márcia fue directa al dormitorio, apenas apareció en la sala me dio un beso.

– Isa hoy voy directo a trabajar, voy a almorzar con los ejecutivos, hoy tenemos una reunión. ¿Va a estar bien?

– Sí, lo haré, puedes irte tranquilamente.

– Creo que eres un poco vago, ¿todavía estás enojado conmigo?

– No… Es solo que está cansado, vamos. Hasta luego, buen trabajo.

Nos despedimos con un beso, apenas ella se fue fui a sacar mi ropa de gimnasia de mi mochila para lavarla y de ella se cayó un papel, me agaché para recogerlo y cuando lo leí me senté. el suelo apoyando mi cabeza en la pared suspirando. Curioso, quieres saber qué se escribió, ¿verdad? Está bien, te lo diré.

"3566-9643

DE ACUERDO"

Sólo podía ser ella… TA eran las iniciales que siempre usábamos durante nuestra relación adolescente, Te amo es el significado. Y el número… Bueno, eso es evidente, ¿verdad? Ella descaradamente puso el papel en mi mochila, ¿es suave? Bien, ¿ahora qué? ¿Qué hago? ¿Llamaste o no te importó?

Nota del autor: Chicas, gracias por su amabilidad, espero que les haya gustado. Aquí está el enlace a la música de fondo que mencioné en la historia: www.dailymotion.com/video/x6rmvz_marion-k-what-can-i-do_music (el video no es de la canción, pero es solo para que se den una idea) de la época H jajaja)

Recordándoles a todos que la historia es ficticia, eh... Oh, ojalá tuviera una Suzy así... Es broma, amor... Me detendré aquí, sino dormiré en el sofá...

Besos chicas.

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